La última de Don Enrique. A mi modo de ver bastante mejor que las últimas, "Mac y su contratiempo""Dublinesca" "Kassel...", más parecida a aquellos libros que nos lo descubrieron, donde se jugaba con la metaliteratura, la intertextualidad, nos descubría autores que pasarían a ser ya para siempre de la familia... esa prosa que invita a leer y seguir leyendo, y leer a otros...
Aquí el juego de los dobles, de la creación, del infierno de la escritura, de las identidades camufladas, con ese gran tour de forçe de los autores que se alternan para escribir los libros de Thomas Pynchon, ese eterno aspirante al nobel que como Salinger se esconde, no da entrevistas, no existen fotografías actuales, y te dan ganas de buscar ese gran tocho de "El arco iris de gravedad" y atreverte, o al menos intentarlo a leerlo.
Esa bruma insensata, e insensatos nosotros que nos dejamos seducir una vez más por el imprescindible Vila Matas.
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