viernes, 31 de agosto de 2018

El rico manchego

   EL RICO MANCHEGO

   Es Louise Brooks, claro,en cuanto encontré esta foto me recordó a mi personaje Dorita Salazar de mi segunda novela, "El Rico Manchego". También pensé en la foto como posible portada del libro.
  "El Rico..." es mi novela más trabajada. Trescientas dieciocho páginas en una plantilla de Word. Todavía no sé muy bien que voy a hacer con ella. La está leyendo una scout de una editorial por recomendación de mi amiga Aizpea... a la espera de sus consejos, me debato entre la autopublicación en Penguin o en Círculo Rojo, o liarme la manta a la cabeza y presentarla a algún concurso de los gordos... con todo el morro.
   La gente que la ha leído me dice que les ha gustado mucho, sobre todo la segunda parte, y esto siempre anima.
   Viví con ella uno de los mayores momentos de desesperación e impotencia de mi vida... por mi torpeza con el Word, perdí de forma irrecuperable 160 páginas... salvé las primeras 60 de una copia de un pendrive, y tuve que reescribir de memoria, acordándome de lo que contaba, aunque claro, no de cómo lo contaba, las otras cien páginas, y luego continuar hasta el final.
   Consejo a los noveles: jamás utilicéis plantillas predefinidas.

jueves, 30 de agosto de 2018

Intenciones


   No, uno ya no cambia de oficio a estas alturas de la vida.
Aunque...
Demasiado viejo para el Rock and Roll, sí, pero a lo mejor no tanto para recuperar antiguas vocaciones... La literatura siempre ha sido parte de mi vida.
Decir que lo he leído todo, por supuesto es una boutade; pero he leído mucho, sí.
Escribía... en otra vida gané un concurso provincial de cuentos... Y bajo la influencia borgiana de mi amigo John Hopewell, dí forma a mis veinte años a una colección de cuentos que fotocopié, grapé y regalé a unos cuantos amigos.
Muchísimos años después, el maestro Piglia con sus cuadernos de diarios, y mi amigo Iñaki Salvador con su blog, me animaron a llevar durante un par de años un a modo de diario en una serie de cuadernos.
Me sirvió para entrenar el hábito, la disciplina y la costumbre de escribir.
Con ningún éxito participé en concursos de microrelatos del programa "La ventana" de la Cadena Ser, e inmediatamente, sin proponérmelo mucho, como sin querer, retándome a mí mismo a terminarla, conseguí terminar mi primera novela, "Historia de Ros" que dí a leer a algunos amigos, y que, por supuesto, ante la total indiferencia de las editoriales a las que llamé a la puerta, publiqué en "Amazon" en sus formatos digital y papel.













Maestro Piglia
                        Maestro Salvador