Cuando ya parecía inevitable que todo iba a colapsar y se cerrarían hasta las librerías, compro en un arrebato lo último de la Lindo... mi amigo K. dice que ha oído comentar que está muy bien... y yo siempre me fío de mi amigo K. K. y yo, disfrutando sin saberlo del último vino antes del C. hacemos un somero repaso de la cantidad de libros que han aparecido recientemente hablando de los padres, de la memoria de los padres... y son legión...¿el efecto "Ordesa" tal vez?
Llegando a casa, en mi librería de guardia veo expuesto lo último, recién publicadito de la flamante premio nóbel Olga Tokarczuk, "Un lugar llamado Antaño"... también lo compro... no, no soy adivino y no acumulaba provisiones para el encierro que todavía no intuíamos pero temíamos.. solo lector compulsivo. Tampoco acumulo papel higiénico.
Pero volvamos a la Lindo. De sus escritos periodísticos, ya conocíamos a su padre, Manolo... ahora nos haremos amigos de tan expansivo ser humano.
Se lee tan a gusto, nos trae tantos recuerdos de los nuestros a la memoria que hasta nos dan ganas de escribir sobre nuestros ancestros, sus tiempos y sus memorias, y nos hace maldecir lo poco que nos interesaba que nos contaran sus batallitas, y la cantidad de ficción que tendríamos que incluir en sus vidas para hacerlas literariamente digeribles.
Siempre un placer leer a Doña Elvira y su flamante prosa.
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